La figura de José Saramago merece que le dediquemos una entrada ahora que nos ha dejado. No voy a aportar ninguna novedad, pues lo que más nos puede apetecer es escuchar su voz con sus opiniones sabias y disfrutar de su poesía.
Tengo el alma quemada
Por saliva de sapo
Fingiendo que descubro
Tapo
La palabra me infecta
Bajo la piel de apariencia
Pongo remedio seguro
Paciencia
En esta mal no se vive
Pero tampoco se muere
Cuando el ave no vuela
Corre
Quien no llega a las estrellas
Las puede ver desde la tierra
Quien no tiene voz para el canto
Berrea
21 junio 2010
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